"Todo lo que respire Alabe a JAH. Aleluya." Salmo 150:6.
Alabad, Alabad, Alabad……..
La expresión más grande en la vida de un creyente es dar completa y total Alabanza al Dios Altísimo y Creador de los Cielos y la Tierra.
Nada le agrada más a Dios que el escuchar que su creación lo alaba y aun más, las Alabanzas de sus hijos. La Biblia nos enseña que El Señor habita en las alabanzas de su pueblo (Salmo 22:3). Nuestro Dios se deleita tanto en escuchar nuestras alabanzas, que hay una tradición Judía que dice “Las huestes angelicales alaban a Dios durante la noche, porque durante el día, cuando se escuchan las alabanzas de Israel, ellos (ángeles) guardan silencio.”
En el modelo de oración del padre nuestro, Nuestro Señor Jesucristo nos revela que cuando alabamos y adoramos al Padre, Su Reino será establecido en la tierra como lo es en el Cielo. La Gloria, Majestad y Poder de Dios mediante el Espíritu Santo desciende entre sus hijos. Es por esto, que en la alabanza hay poder para quebrantar yugos, liberar a los cautivos de Satanás y sanar a los enfermos y dolientes. Estas son señales que “ciertamente ha llegado a vosotros El Reino de Dios.” Mateo 12:28b.
Cantad alegres habitántes de toda la tierra...
La Alabanza es una acción conciente de Glorificar al Dios Creador del Cielo y la Tierra. De exaltarlo y bendecirlo especialmente con canticos, himnos, música y danza.
Durante la alabanza entregamos toda nuestra mente y corazón, en acompañamiento de acción de gracias por lo que Dios ha hecho en nuestras vidas. Especialmente por la obra salvifica de Gracia en la cruz, por la expiación de nuestros pecados mediante la muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo.
Salmo 69:29-35; 70:4; Hechos 11:17-18
Filipenses 2:5-11
"5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6 el cual, siendo en forma de Dios, no tuvo por usurpación ser igual á Dios, 7 sino que se despojó á sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8 y estando en la condición de hombre, se humilló á sí mismo, hecho obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y de los que en la tierra, y debajo de la tierra; 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre."
Juan 4:23-24
"23 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. 24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren."
Amados, les invito a que Alabemos a Dios en espíritu y en verdad con todo nuestro corazón, en nuestra vida diaria, en nuestras casas, en la congregación y en toda la tierra. Amén, Amén, Amén.
Alabad, Alabad, Alabad……..
La expresión más grande en la vida de un creyente es dar completa y total Alabanza al Dios Altísimo y Creador de los Cielos y la Tierra.
Nada le agrada más a Dios que el escuchar que su creación lo alaba y aun más, las Alabanzas de sus hijos. La Biblia nos enseña que El Señor habita en las alabanzas de su pueblo (Salmo 22:3). Nuestro Dios se deleita tanto en escuchar nuestras alabanzas, que hay una tradición Judía que dice “Las huestes angelicales alaban a Dios durante la noche, porque durante el día, cuando se escuchan las alabanzas de Israel, ellos (ángeles) guardan silencio.”
En el modelo de oración del padre nuestro, Nuestro Señor Jesucristo nos revela que cuando alabamos y adoramos al Padre, Su Reino será establecido en la tierra como lo es en el Cielo. La Gloria, Majestad y Poder de Dios mediante el Espíritu Santo desciende entre sus hijos. Es por esto, que en la alabanza hay poder para quebrantar yugos, liberar a los cautivos de Satanás y sanar a los enfermos y dolientes. Estas son señales que “ciertamente ha llegado a vosotros El Reino de Dios.” Mateo 12:28b.
Cantad alegres habitántes de toda la tierra...
La Alabanza es una acción conciente de Glorificar al Dios Creador del Cielo y la Tierra. De exaltarlo y bendecirlo especialmente con canticos, himnos, música y danza.
Durante la alabanza entregamos toda nuestra mente y corazón, en acompañamiento de acción de gracias por lo que Dios ha hecho en nuestras vidas. Especialmente por la obra salvifica de Gracia en la cruz, por la expiación de nuestros pecados mediante la muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo.
Salmo 69:29-35; 70:4; Hechos 11:17-18
Filipenses 2:5-11
"5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6 el cual, siendo en forma de Dios, no tuvo por usurpación ser igual á Dios, 7 sino que se despojó á sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8 y estando en la condición de hombre, se humilló á sí mismo, hecho obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y de los que en la tierra, y debajo de la tierra; 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre."
Juan 4:23-24
"23 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. 24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren."
Amados, les invito a que Alabemos a Dios en espíritu y en verdad con todo nuestro corazón, en nuestra vida diaria, en nuestras casas, en la congregación y en toda la tierra. Amén, Amén, Amén.